Competencias blandas

¿Qué son las competencias blandas?

Tiempo de lectura: 5 minutos

Las denominadas habilidades blandas son las competencias humanas que facultan a las personas para trabajar bien con otros, tener un desempeño laboral productivo y conseguir objetivos al combinándose con las habilidades duras o técnicas.

Son el resultado de una combinación de habilidades interpersonales tales como autoestima, comunicación, empatía, resolución de conflictos liderazgo, trabajo en equipo, entre otros, que le permiten a una persona desempeñarse en un trabajo de forma efectiva.

¿Cuáles son las habilidades blandas?

Las habilidades blandas son competencias conductuales. Se conocen también como habilidades interpersonales e incluyen autonomía, auto liderazgo, coherencia, integridad, capacidad de atención y de escucha, interés, curiosidad, autenticidad, responsabilidad personal y social, creatividad, flexibilidad, responsabilidad, capacidad de reflexión, pro actividad, motivación intrínseca, humildad, aprendizaje continuo, empatía, gestión del tiempo, confianza y seguridad en sí mismo, entre otras.

¿Para qué sirven las competencias blandas?
  • Facilitan la interacción con otras personas, generando un ambiente de trabajo más grato y un clima organizacional de entendimiento y cooperación. Además, agilizan el trabajo, refuerzan la pertenencia y otorgan mayores satisfacciones para todos. En definitiva, las empresas que cultiven este tipo de aptitudes tendrán una ventaja sobre la competencia. 
  • Las habilidades blandas no solo se enfocan en que una persona sea productiva, sino que buscan humanizar todos los procesos laborales.

¿Debido a qué son importantes las habilidades blandas en las organizaciones?

El desarrollo de habilidades blandas como: trabajar en equipo, poseer un buen nivel de comunicación, tener adaptabilidad ante los distintos escenarios, una actitud positiva en la oficina, resolver conflictos, liderazgo, autoestima, etcétera, son percibidas por las jefaturas como cualidades positivas en un empleado, especialmente cuando existe un mercado tan competitivo como el actual, en el que hay alta rotación laboral y en el que las empresas necesitan trabajadores productivos y alineados al crecimiento de la empresa. 

Estas destrezas permiten comprender a las personas, conocer sus actitudes y motivaciones, integrar a todos los miembros del equipo, dar dirección a las ideas y generar un ambiente de comunicación, respeto y cooperación, logrando su compromiso y entrega. 

El personal de una organización no sólo debe ser evaluado en sus conocimientos técnicos, títulos profesionales, capacitaciones o los postgrados que posean, sino que cada vez es más exigible que cuente con habilidades interpersonales bien desarrolladas.

Las habilidades blandas son en gran parte intangibles, no están asociadas con un entregable o una salida concreta, pero mejoran las relaciones laborales de manera vertical y horizontal, impactando directamente en la productividad.  

De esta manera, se vuelve cada vez más importante la figura de jefaturas dispuestas a motivar y apoyar a sus trabajadores, que sean vistas como quienes resuelven problemas y ayudan a quitar los obstáculos que se presentan. Deben ser profesionales flexibles, pacientes, persistentes y firmes cuando es necesario, creativos y que absorban grandes volúmenes de información desde múltiples recursos.

Las empresas reconocen que estas habilidades facilitan la interacción con otras personas, generando un ambiente de trabajo más grato y un clima organizacional de entendimiento y cooperación. Además agilizan el trabajo, refuerzan la pertenencia y otorgan mayores satisfacciones para todos. En definitiva, las empresas que cultivan este tipo de aptitudes tienen una ventaja frente a su competencia. 

 

 

Si no se desarrollan las habilidades blandas en el personal de un equipo, se vuelve difícil solucionar conflictos, el trabajar en equipo, respetar a la autoridad, organizar adecuadamente el tiempo, desarrollar fidelización del personal, entre otros aspectos importantes en un ambiente laboral.

Las dificultades a las que se enfrentan diariamente los ejecutivos y profesionales son las de romper paradigmas, salir de su zona de confort, salirse del concepto de “jefe” para iniciarse en el de “líder”. He aquí la importancia de contar con trabajadores que manejen habilidades blandas. Para contrarrestar esto, una solución es la de acceder a talleres que fortalezcan las competencias que exige el mercado. 

Conscientes de que en las empresas no todos los colaboradores han desarrollado éstas competencias, se imparten diversos cursos y talleres en el mercado que apuntan a tener un personal más calificado, traduciéndose en una inversión tanto para las empresas como para los profesionales que están en el mercado laboral.

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